lunes, 10 de septiembre de 2012

¡ Gracias a Dios era un sueño!

¡Mi mano!¡Ayuda por favor!— Despertó gritando muy agitado Angel.

Pero luego al tocar su mano y ver que solo había sido un estúpido sueño, se dijo para si mismo:

—Definitivamente nunca me acercare a un mono en el zoológico.